En una ocasión leí que si pones todo tu empeño en algo, al final lo consigues, y me atreví a escribir este poemario. Con más sombras que luces, este diario poético ha conseguido unir todas mis vivencias en una época bastante complicada en la cual comparo mi vida con una escalera: un escalón subido es un grado de felicidad más, pero mis escaleras eran trampa y por cada escalón que subía, cuando todo me daba la espalda, las escaleras eran un tobogán que bajaba al sótano donde me quedaban mis ideas, escribir en verso y los ojos cargados de lágrimas que salen en ocasiones contadas.
Desde pequeño jugaba con las rimas fáciles y con cambiar partes de canciones para que sonaran a mi gusto, pero hace 3 años, una profesora de Lengua llamada Charo me hizo ver que la literatura es vida y que esa vida es preciosa. La gran mayoría de personas que me rodean desconocen hasta ahora todo esto, ya que en mi cuarto es donde me desahogo por ser demasiado reservado, e intento mostrar una sonrisa al exterior mientras me quema por dentro.
A veces quieres decir tanto que no es fácil de explicar a viva voz, sólo hablas cubriendo todo de letras y versos, impregnándoles un toque personal, pero expresando sentimientos comunes que todos podemos vivir en alguna ocasión, con vivencias inolvidables, para bueno o para malo, pero que siempre rondan por ahí y no consigues sacarlas de la cabeza porque te han marcado en alguna fase de tu vida. Eso es para mí la poesía.