A lo largo del libro el autor traza un itinerario directo entre su alma y la del lector, con la evidente intención de transmitirle sus emociones, sus ansias, sus fantasías, y atraparlo con versos a corazón abierto y palabras como dardos. Cada estrofa, cada poema van marcando un camino –a veces luminoso y vital, a veces sombrío y desalentado, siempre intenso- que conduce desde una desatada pasión juvenil hasta el sosiego crepuscular de la vejez.
En el desarrollo de ese recorrido poético aparecen, como es lógico, los escollos naturales de la vida: el cambio juvenil, las inseguridades de la madurez, el desencuentro, el abandono, la soledad, la reconciliación, la entrega, pero jamás falta la llama esplendorosa y palpitante de un amor invencible, de continuo renovado, que ayuda en todo momento a superarlos para alcanzar finalmente la humana plenitud de la esperanza y la memoria satisfecha.