Eterno palpitar de mariposa es el primer poemario de Lidia Roma, que lo recopila y ordena para mostrar el proceso de transformación personal expresado y articulado a través de la rima.
Esta etapa de transmutación propia y genuina revela su similitud con las distintas fases de la mariposa. Por ello, el poemario está ordenado en cuatro tiempos, que corresponden a las cuatro etapas de la mariposa, desde el momento de su nacimiento hasta la fase de imago: el letargo del ser naciente, el conflicto de la oruga, la oscuridad de la crisálida y la aquiescencia del proceso.
En esta metamorfosis personal, presente también en el mundo animal, está implícita la idea que quiere transmitir sobre la naturalidad de los procesos de cambios; pero también de las propias resistencias mentales e inconscientes que lo impiden, y cómo se van venciendo esos obstáculos. El mecanismo para conseguirlo, en este caso, ha sido la poesía.