En este siglo de mujeres, dos de ellas se conocen accidentalmente en una galería de arte durante un secuestro. Ese hecho hace que afloren sentimientos que están por encima de rancios convencionalismos. Sentimientos, por otra parte, impensables en principio tanto para Julia como para Inés. El ramillete de personajes que rodea a las protagonistas se va “colando” en el lector de una forma inconsciente. Sobre todo el marido de Julia y Estefanía, sin obviar al resto. Todos ellos entrañables salvo una desgraciada excepción que el lector percibirá en su momento. Excepción necesaria para la confección de la novela. El inicio está marcado por matices de comedia, para luego ir tomando un cariz entre melancólico y poético, sin faltar alguna que otra chispa de humor. Los personajes están bien definidos y estos van haciéndose mayores, pero sin perder la esencia de sus adentros. Con toda seguridad que el lector se verá identificado no pocas veces con alguno de ellos.