Esta novela, donde la acción comparte protagonismo con el amor y con intensas vivencias, no deja de ser un homenaje hacia unos profesionales que deben aprender a soportar la tensión lógica de sus actuaciones en países en conflicto, para al mismo tiempo, ser capaces de llevar una vida estable fuera de dicha tensión, resultándoles lo más normal posible.
Ni ellos creen, en muchas ocasiones, que puedan existir personas que lleven a su máxima expresión la maldad del ser humano. Las convicciones, del tipo que sean, nunca deberían ser una excusa para matar gratuitamente.
Toni pertenece al EZAPAC y vuelve de Afganistán después de varios meses de misión. La tristeza inunda su regreso por los momentos vividos en dicha misión. A su llegada a Murcia desea olvidar todo y Juan (policía nacional), su mejor amigo, le da la bienvenida y, como siempre, será el apoyo necesario y significativo para poder superar los malos momentos.
Conoce a Leticia, la cual llenará todo el vacío que su existencia desea ocupar. Juntos viven momentos maravillosos y otros duros, pero los superan con el amor que se profesan.
Como pareja, desde el principio, encajan en todo, siendo capaces de amarse sin límites, respetarse y apoyarse en los momentos difíciles, así como admirar la forma de actuar del otro ante cualquier vicisitud.
Les llega un ser que, a pesar de tener que superar grandes dificultades, les llevará a lograr que su mundo alcance el sumun de felicidad y conocerán el gran placer de ser padres.
Su vida militar y por ende su educación y entrenamiento, hace que supere todos los problemas de forma firme y valiente. Su paso por la PAPEA antes de ingresar en la Academia de Suboficiales del Ejército del Aire, también le proporcionará grandes dotes de seguridad y coraje en sus actos.