Todos y cada uno de los 22 relatos incluidos en este volumen rezuman honestidad, un calificativo alejado quizá de lo que en literatura se acostumbra ¿Puede acaso un cuento calificarse como honesto?
Parece que sí se puede, porque en todos y cada uno de ellos, compuestos de rememoraciones e imaginación, mosaicos de humor, ternura, fantasía y drama, lo que realmente sorprende y asombra al lector es la peculiar voz narrativa que subyace, caprichosa y danzarina que acompasa un ritmo desigual, a contrapunto, al son de lo onírico, lo trivial y lo trascendental, moderno en todo caso, a la antigua usanza.
Cuentos algunos breves o muy breves con final abierto a borbotones, otros que nos arrastran a una especie de fantástico duermevela volátil donde siempre gusta regodearse y otros que nos asoman al vértigo de la acelerada caída al abismo de la inevitable tragedia.
Cuentos, al fin, donde cualquier lector podrá sentirse identificado con los diversos personajes y situaciones que delatan y entretelan secretos, veladas ilusiones, crueles desencantos y vida, la vida real que todos nosotros nos pasamos la vida apuntalando.