La Gimnástica Segoviana es patrimonio de la ciudad de Segovia. Abogados, políticos, constructores y hasta futbolistas han llevado las riendas del club y, la mayor parte de las veces, lo han hecho con una institución en descomposición lo que convierte en milagrosa su supervivencia.
Con camiseta azulgrana —también blanca, celeste o incluso verdiblanca o morada—, el talentoso Cuestita, el goleador Mariano Chocolate o el elegante Jaime jugaron en un equipo en el que las tragedias de Cañero o de Luismi también son relevantes.
La afición, entendida y exigente, ha respaldado con fidelidad al equipo en Chamberí, El Peñascal o La Albuera, y han vivido en sus vetustas instalaciones enfrentamientos fratricidas, y torbellinos de emociones que no siempre se decantaron del lado gimnástico. Di Stéfano, Gento, Javier Irureta, Quique Flores, Futre o Hugo Sánchez midieron, entre otros muchos, sus fuerzas con la Segoviana.
Javier de Andrés aplica el retrovisor de la historia para recuperar la singladura del club a través de cientos de documentos en todo tipo de soportes, respaldado por docenas de entrevistas personales. Un trabajo que demuestra que en todas las familias de Segovia hay alguien que ha formado parte de un club que durante años arrastró una mala imagen que este trabajo quiere ayudar a desterrar.