Un joven matrimonio español recibe una notifcación de la Embajada del Imperioaustrohúngaro, en España, por la que se han de personar en Viena por ser herederos directos de una famosa baronesa austríaca. Son los primeros años del siglo XX, época convulsa tanto en España como en Europa. Viajan a Viena y reciben el título imperial y, a su vez, un gran Palacio y viñedos. Inician los procedimientos para deshacerse legalmente de la herencia ayudados por una pareja amiga que reside en la Capital. Nada más iniciar los trámites tiene lugar el asesinato del Príncipe heredero y de su esposa, en Sarajevo. Da comienzo la Primera Guerra Mundial por lo que no pueden salir del País ya que están cortadas las comunicaciones ferroviarias y, tampoco abandonar Viena ya que, por herencia, son Barones del Imperio. Se dedican a poner orden en la hacienda y mientras tanto en las largas conversaciones que tienen con sus amigos van conociendo la historia sentimental de la Baronesa Grete. Participan en las tertulias de la Alta Sociedad vienesa, en las fiestas, en los Cafés y en la vida artística de la Ciudad. Aprenden alemán y su tertulia está muy bien considerada. Finalizada la Guerra han de regresar a España, pero llevarán en el corazón la nostalgia de la mágica ciudad a la que aman como si siempre hubiera sido suya. Y a su hijo: Stephan, vienés de nacimiento que quizá en un futuro regrese a esa Viena donde sus padres fueron tan felices.