Grietas es un libro estremecedor; una novela sobre las terribles cosas que a cualquiera le pueden suceder, con el telón de fondo del estrés postraumático de un profesional, que afectó incluso a su vida familiar, salvado por la integridad de una gran mujer. Grietas, sin embargo, es más que una novela inspirada en sucesos reales, casos reales, tragedias tangibles que afectaron a una multitud de seres de carne y hueso, muchos de los cuales fallecieron en los siniestros que en estas páginas se narran, y otros tantos que acaso nunca supieron que también habían muerto un poco al perder a sus seres queridos en esos mismos sucesos. Además, es una historia acerca de la otra dimensión humana que participa viviendo y muriendo en estas tragedias, porque también él deja algo de su piel y de su vida en cada siniestro, como un fatal intercambio por el tizne que se lleva impregnándole el uniforme por fuera y el hollín de la tristeza que le cubren los sentimientos por dentro: el bombero. Carne adentro del aparentemente impertérrito experto que se enfrenta con la catástrofe, debajo de su uniforme, hay un hombre, un humano que también respira el sufrimiento de sus semejantes cuando acude a rescatarlos, o nada más que cuando tiene que asumir impotente que no pudo hacer nada por salvarlos la vida. No obstante, ella, su amiga, su mejor amiga, su consejera, hace que estas páginas sean, quizá, de amor, de mucho amor, a pesar de todo.