Mi primer día en la UVI fue un poco caótico debido a nervios, sentimientos encontrados, sensación de estorbo más que de ayuda, porque… ¿ayudar? Cómo iba a ayudar si no sabía ni lo que era un kit de vía central, entre otras muchas cosas.
Tuve compañeras muy buenas que me fueron explicando cómo hacer y en ese momento decidí que toda la información la iba a pasar a una libreta de apuntes para poder irme a casa y repasar todo para que al día siguiente no hubiera fallos y, si los hubiera, que fueran el menor número posible, ya que son pacientes en estado crítico.
Un día después de mucho tiempo, mis compañeras (Eva, Leti, Iulia, Sonia, Aida…) me dijeron que esa libreta valía oro y me animaron a publicarla. Yo, por miedo a meter la pata, por miedo a la falta de información, me reía y decía que no. ¡Que cómo iba a publicar yo nada…!
Iban pasando los meses y un día me lo planteé y decidí ponerme a hacerlo sin la experiencia y hablar de todo lo que conozco a día de hoy: como materiales que podemos encontrar en una unidad de cuidados intensivos, técnicas más importantes y más recurrentes, respiradores y un montón de cosas que creo que
ayudarán a la gente a no ir con tanto miedo a una UVI.