Guitarras, cowboys y asuntos de familia no es una autobiografía, tampoco es una colección de canciones, ni siquiera un ensayo de música; y, sin embargo, tiene elementos comunes de todos ellos. La vida, con sus aconteceres, sus alegrías y sus dificultades, se ve entrelazada con un sinfín de canciones que la han acompañado como pasajero ineludible en el transcurso de los años. Un viaje que, tal como se apunta en estas páginas, hubiera sido mucho menos placentero sin ese hilo musical, conductor de todas las etapas transcurridas hasta el momento: infancia, juventud y madurez. Aquí se dan cita crooners, compositores de bandas sonoras, estrellas del rock’n roll primigenio, clásicos de la década dorada del pop, artífices de cambios generacionales, coloristas artistas de los ochenta, divas con piel de ébano, guitarristas de medio pelo, y hasta protagonistas del indie del siglo actual. En menor medida, otro digno compañero en ese recorrido vital es el cine, con especial protagonismo del wes-tern, inseparable de su eterna iconografía. Un anacronismo como un cowboy, montado en su caballo de camino al reencuentro de los suyos y tocado con auriculares, podría ser la estampa ideal para resumir la esencia de este libro.