Los autores y autoras dejan jirones de su piel, y a veces de su alma, en las historias que crean, trazándolas con una ficción que muchas veces sorprende al lector. Berta Martín de la Parte lo deja claro desde el principio: «Los protagonistas pueden o no ser reales. Cualquiera de nosotros podría formar parte de estas historias. ¿Son historias verdaderas o simplemente inventadas?».
Ya en su primer relato se mete entre fogones y nos invita a acompañarla. Qué importantes son los olores y los sabores que recordamos de nuestra infancia: «de todos los olores y aromas, el que más se me quedó grabado en la pituitaria fue el olor de mi madre».
Son muchos los temas que la autora de esta colección de relatos aborda, de manera clara, sin disfraces ni adornos, para mostrar la realidad que vivimos, y a la que a veces parece que le hemos vuelto la espalda. Si no lo veo, no sucede. Y eso no es cierto. Sucederá, aunque no lo queramos ver. Relatos que nos van a divertir, pero también nos van a hacer reflexionar sobre la soledad, los recuerdos, los gestos, la pobreza, la importancia de las miradas, la comunicación…
Cierra el libro una historia maravillosa, con un final sorprendente del que no quiero desvelar nada más que el título: La dama con el carrito de la compra.
La lectura de este libro no es solo un entretenimiento, nos lleva a viajar a lugares diversos y desconocidos, sirve de espejo frente a una sociedad que, a veces, parece dormida o que se olvida de los que quedan atrás, olvidando que cada uno de nosotros forma parte de un todo.