No existen personas simples. Casi nadie es lo que aparenta. ¿Quién no tiene un mundo interior rico y complejo, la mayoría de las veces revestido para que resulte inaccesible o ilegible a los demás? Son pocas las veces en las que el rol social coincide con la auténtica desnudez de los personajes. En eso radica la fuerza de esta novela: en los mundos ocultos de cada individuo que gravitan en torno a un suceso en apariencia fortuito. Un hecho inesperado que puede acaecer en la vida de cualquiera de los lectores o en su entorno más cercano, convulsionándola para siempre. Cuando algo así sucede, la serenidad es un don, el pensamiento frío una virtud y la inercia de las circunstancias una espiral infinita de consecuencias insospechadas. ¿Nada justifica una muerte? ¿Ni tan siquiera el peligro de perder lo conseguido a lo largo de tu propia existencia?, ¿la defensa de tu razón de vivir?, ¿el sentido de tu vida?