Hace diez años, coincidiendo con mi jubilación como médico y profesor de Ginecología, decidí poner en marcha alguno de los objetivos almacenados a lo largo de la vida, creativos y de poca complejidad por mi desconocimiento del mundo hortícola, y era el montar un huerto urbano, para lo cual necesitaba: espacio, estructura, experiencia, motivación, medios y aperos, riego, una discreta inversión económica, semillas y plantones y, lógicamente, tiempo, junto a la fuerza de voluntad de hacerlo. Así que, con esas y otras premisas, me puse en marcha para hacerlo realidad.
¿Dónde aprender?, yo tenía la experiencia de ver a mi suegro trabajar junto a su encargado en una magnífica huerta en una casa de campo muy cerca de Salamanca. En las largas tardes del verano castellano uno tiene tiempo para todo y, como los médicos aprendemos de la observación, me dediqué a ello y a tomar notas de las labores hortícolas. Y, ¿dónde actualizar mis conocimientos? Viendo y leyendo, no hay otra forma para alguien que carece de un huerto y, además, viendo cómo los hortelanos las realizaban, en los de los huertos municipales de Carbajosa de la Sagrada aprendes y no queda otra que ver y anotar datos. Provisto de ánimos y refrescados los conocimientos, necesitaba el espacio, la tierra. Vivo en una casa con jardín en una urbanización del Alfoz salmantino, Santa Marta de Tormes, pero todos los pueblos del mismo tienen para mí especial atractivo por sus huertos; el castellano del medio rural no sabe vivir sin un huerto. Otra forma de conocimientos del mundo salmantino, su campo y sus gentes. Tras «largas y costosas» deliberaciones, conseguí una pequeña cesión del jardín de casa que cuidaba con esmero y notable producción floral mi mujer, María José, como buena hija de labrador castellano. Y, a partir de ahí, no es que fuese coser y cantar, pero el resto podéis imaginarlo, si leen este libro de ideas, no es otra cosa que la experiencia de un lego en estas cuestiones en lo que dice el título del libro dar Ideas para construir un huerto urbano. Son apuntes y sugerencias para montar, organizar, cuidar y disfrutar de una idea acariciada, con algunas observaciones técnicas y científicas comprensibles para todas las personas que quieran seguir mi senda; no se necesita instrucción académica.