La trama de mi narración trasciende en una tierra verde, bendecida por los cielos azules y gotas de lluvia que armonizan con fandanguillos y bulerías, permitiendo más tarde un sol cálido. Luego se oye la furia de los dos vientos amigos: el levante y el poniente. Comienzo con el retorno de un buen amigo, él regresa de tierras lejanas a una España de posguerra henchida de miedo, amenazas y desfalcos, postergada en una dictadura sangrienta para los desafortunados. Un joven educado en el extranjero con ideologías progresistas, atreviéndose a airear sus ideas en medio de un conflicto espiritual. Se pregunta: ¿Cómo se puede llevar una vida estrictamente aceptable para Dios sin traicionar unos principios? Aquella vida actual carecía de sentido sin la pasión y el amor de una mujer, sin el atrevimiento que él deseaba rescatar, a pesar de ser un ministro de Dios. Se siente sucio, traicionero, un débil frente a una sociedad influyente llena de encantadoras princesas, todas ellas dispuestas a desviarlo de su camino. Él solicita el perdón de Dios, necesita encontrar su verdadero camino, educando a un pueblo analfabeto, también le pide fuerzas al Altísimo para conseguir vencer sus tentaciones y cumplir su objetivo. ¿Conseguirá Alfonso la fortaleza deseada para continuar agradando a Dios sin desviarse de su camino trazado?