EN EL TINTO RÍO TINTO
Yo creía, cuando niño,
que todos los ríos eran
rojos, como el río Tinto.
Ni subido a la atalaya
ni en el río de la infancia,
se divisaba la mar…
ni la muerte en lontananza.
Juan A. Guzmán
El autor nos habla en el mismo, con un enfoque abiertamente mágico, de unos niños que llevan a cabo sus juegos en plena naturaleza o bien en el doblado o soberado de Juanito; de sol, río (seco en este caso); arroyo, barro, árboles, plantas, campos, frutos, gusanos de seda……; todo un delicioso conjunto de elementos que han hecho las delicias de los niños que hemos tenido la suerte de nacer en un pueblo.
Como puntualiza Aguilar Marina en su estudio de Universo… un verso, libro de nuestro autor: «La tierra es en Juan Antonio Guzmán motivo inevitable de rememoración. La infancia, con el simbolismo de la inocencia, es la excusa ideal para las evocaciones de la vida cotidiana pretérita. Evoca recuerdos familiares […] del pueblo y de sus gentes […], para nombrar a los amigos […], para emocionarse con el entorno geográfico próximo. Y también […], junto a las menciones a la tierra y a los seres, los conceptos de la eternidad y la muerte».
Pero, donde la magia llega a su culminación, es en ese final inesperado y trágico; en el que la imaginación de nuestro autor asciende hasta los rayos del sol, que tan bien describe, en toda su plenitud.