A la muerte de su padre, Daniela, hija única y madre soltera de una niña, decide emigrar con el poco dinero que ha heredado
de una pequeña y pobre población de Castilla a una floreciente localidad en el norte de España. Ante la imposibilidad de encontrar un trabajo, se convierte en la dueña de un burdel. Es el verano de 1936. A los pocos días, estalla la guerra civil
española. Daniela se debate entre el conflicto de mantener económicamente a su hija y sus principios éticos, contrarios a la
ideología de los vencedores de la contienda. Decide llevar una doble vida muy peligrosa: por un lado, recibe en el burdel a la
clase dirigente y sus acólitos y, por otro, ayuda a personas de convicciones republicanas, dándoles dinero y comida e, incluso,
escondiéndolos en su casa.