La chueca vieja (Historia real)
Era una yegua muy vieja, tal como lo decía su nombre.
Nos llevó a la escuela durante un montón de años.
Había años que éramos tres sobre su lomo curvado.
El camino a la escuela era largo y si por ahí… llovía, nos metíamos debajo de su panza donde nos sentíamos seguros.
¡Eran tantos los peligros que en cinco kilómetros acechaban!
Sin embargo, con la «Chueca» mamá se quedaba tranquila.
Cuando volvíamos de la escuela, siempre hacía otra faena que… si traer las vacas, las ovejas o ir al pisadero del horno de ladrillos.
Pero un día fue muy vieja y nosotros cavamos la escuela.
En una de las mudanzas, perdimos el contacto con ella.
Después de muchos años, me atreví a preguntarle a mamá lo que aún hoy me duele en el alma:
«¿La enviamos al matadero?»