En un ómnibus que lo lleva al norte de Argentina, escupe sus demonios en un cuaderno que compró en Montevideo tres días antes de partir. Deja de pensar, deja de sentir y comienza a narrar la historia del muchacho, la personificación de su parte racional, un campesino uruguayo que huye del amor y la merca para verse lejos de una realidad que lo quiere matar. En su camino, el muchacho se cruza con Ella, la personificación de su parte emocional, una porteña que parte hacia el norte envuelta en un cometido del que necesita escapar. Juntos y separados, avanzan por los caminos de un mapa manchado de celos, drogas, corrupción y escasez; compartiendo aventuras con otros viajeros y lidiando con sus conflictos ideológicos, sentimentales y espirituales.