Una investigación novelada, narrada por su autora sin ninguna pretensión de tergiversar los hechos trascendentales de la historia, sobre las luces y las sombras de la corte francesa de los Valois durante la época de las guerras cruentas de religión, que asolaron y diezmaron Europa en el siglo XVI, entre católicos y hugonotes.
Los claroscuros del reinado de Catalina de Médicis (1519-1589), reina de Francia y discípula de Nicolás Maquiavelo, desembocaron en la masacre más sangrienta de todo ese siglo contra los hugonotes, la llamada «Matanza de San Bartolomé» (24 de agosto de 1572), en la que perecieron, aproximadamente, entre setenta y cien mil seres humanos. Pero Catalina de Médicis no estaba sola en esto…
Más que un retrato psicológico de los personajes que desfilan por la corte parisina, esta novela es más bien una radiografía del alma de esos personajes. Aunque la autora se centra más, dada su importancia en el campo político de aquel tiempo, en la descripción de los diferentes estados interiores del alma de Catalina de Médicis.
De este modo, esta obra, que no enjuicia a ninguno de estos personajes, hombres y mujeres de carne y hueso, extraídos de la realidad, aporta al lector un mayor conocimiento de esa época inquietante y muy desconocida en nuestro tiempo.
La corte de Jezabel se narra desde la óptica de la verdad, aunque esta sea aterradora e infame, como es el caso que nos ocupa. En aquellos vacíos históricos en los que la historia no puede arrojar luz por falta de documentación, la autora, mediante hipótesis coherentes dentro del contexto histórico en que se enmarcan los hechos, ofrece posibles planteamientos para desentrañarlos. La novela se enfoca desde diferentes ángulos de visión de la realidad para proporcionar al lector distintos puntos de vista de aquella corte, no tratados, por lo general, en manuales y
libros al uso sobre la historia de aquel periodo concreto de tiempo.
La novela, paulatinamente, desnuda, ante los ojos del lector, una época bastante oscura, cargada de vericuetos de orden político-religioso; si encubriera más lo humano y lo inhumano, podría ser puramente ficcional.
En La corte de Jezabel, los sucesos verídicos que se cuentan pueden parecer al lector más irreales que los propiamente imaginativos. Estos se encuentran en la novela, para asombro del lector, en menor proporción, comparados con los acaecidos efectivamente en la realidad de aquel momento. El resultado es una novela que analiza en profundidad la corte francesa de los Valois.
El lector, seguramente, descubrirá novedosos aspectos de la corte francesa del siglo XVI que no le dejarán indiferente.