Amigo lector, el libro que estás curioseando es aun más raro de lo que ya te debe de estar pareciendo. Dedicado a la memoria del Camino de Santiago, apenas hace referencia a ese encaminamiento, ni a sus etapas, ni tampoco a su peregrinación. Escrito por un arquitecto apasionado por su oficio, no dice una palabra de arquitectura, ni del considerable Patrimonio monumental que jalona ese recorrido. Nacido de un individuo que se confiesa de buena gana medievalista aficionado, apenas repara en la influencia que ese Camino tuvo en el desarrollo de la Historia y las Artes hispanas a lo largo de toda la Edad Media.
¿Qué diantres es, pues, el librito que ahora estás ojeando?
Es una modestísima indagación, es un recuerdo agradecido y es una honesta rendición de cuentas.
Modestísima investigación histórica, llevada a cabo por alguien que no es historiador ni dispone de la formación necesaria para llevarla a cabo.
Recuerdo agradecido para su querido amigo Antxón Aguirre Sorondo, que le sugirió que le apuntalase en unas charlas que se había comprometido a dar en algunos Ayuntamientos Guipuzcoanos, con ocasión de las cuales cayó en la cuenta de las inverosimilitudes de la Leyenda Jacobea.
Rendición de cuentas, de las respuestas, disjuntas y dispersas, que el autor fue dando a la serie de dudas así suscitadas.
Y si estas respuestas le han sido útiles al autor, éste no ve por qué no le vayan a ser de igual utilidad a quienes se tomen el trabajo de leerlas.
Así que nada, y buen provecho.