Todos venimos a este planeta con un propósito y misión de vida, aunque no seamos conscientes de ello.
Vivimos desafíos que identificamos como mala suerte o desgracias, llegando a creernos los personajes que interpretamos de manera inconsciente a lo largo de nuestras vidas.
Vamos repitiendo patrones una y otra vez, sin ver la salida en muchas ocasiones; es el subconsciente el que maneja los hilos de nuestra existencia, hasta un 95%, y el que nos desconecta de nuestro verdadero ser y de la chispa divina de la que todos procedemos.
Vivimos con el piloto automático, sin ser conscientes de la importancia de conectar con nuestra verdadera esencia para poder vivir una vida plena y en expansión, sin limitaciones.
Con la numerología he descubierto la herramienta perfecta para entender que no nacemos por casualidad en una fecha concreta, sino que esta tiene un sentido y que forma parte de un plan superior establecido con nuestros guías espirituales antes de encarnar en este planeta. Dependerá de nosotros cómo queremos vivirlo, desde el sufrimiento o desde la aceptación y la gratitud.
Somos seres de luz viajando por el universo. Formamos parte de un TODO, llámalo Dios o como quieras, una Consciencia Universal donde no existe la separación, todos somos UNO , y decidimos venir a experimentar la dualidad (Luz y Oscuridad) al planeta Tierra (GAIA), para así poder evolucionar en nuestro ser.
Nos encontramos dentro de un videojuego cósmico y somos los personajes (EGO).
Vivimos muchas vidas humanas, con diferentes guiones. Somos familias de almas que venimos a aprender y evolucionar una y otra vez.
Nada en la vida es casualidad, sino CAUSALIDAD
Este maravilloso planeta ha estado vibrando en una frecuencia densa, y ahora nos encontramos en un plan cósmico universal donde la Tierra empieza a elevar su vibración. Por eso sus habitantes tenemos que sintonizarnos con ella.
Estamos viviendo porque así lo hemos decidido muchas almas que estamos encarnadas aquí y ahora, un proceso de despertar de nuestra divinidad y de expansión de la luz que somos.
Las bendiciones muchas veces vienen disfrazadas de desgracias, con mucho dolor y sufrimiento, y algunas personas suelen despertar cuando ya ha dolido demasiado.
Con este relato desnudo mi alma y comparto a través de mis vivencias personales todos mis conocimientos y la sabiduría a lo largo de muchos años, para inspirar a las personas que se sientan identificadas a que despierten y conecten con esa chispa divina para ser conscientes del gran poder que tenemos, como creadores de realidades, y que salgan del personaje para realmente ser y cumplir con el propósito que han venido a la Tierra.
Quiero hacer también un homenaje a todas las personas que entregan su vida para cuidar a sus seres queridos, y que viven en la sombra de la sociedad, para que sean reconocidas, sin olvidarse de que también merecen vivir sus vidas en plenitud.
¡¡Que la Divinidad dirija siempre vuestras vidas con abundantes milagros y bendiciones!!
¡Os Amo!
¡Nos Amo!
Sonia Mateo Iñigo