El 11 de marzo de 2011, ese día fatídico en el que el mar decidió alzarse sobre la tierra en las islas niponas, la naturaleza impuso sus reglas, sin condiciones, sobre los deseos y los afanes de los hombres. Pero, en esa zona muerta que dejó la tragedia, en ese lugar del que los supervivientes huyeron, aún quedó algo de vida: la de algunos animales errantes, la de un pino altivo, solitario, predestinado a velar aquel paisaje desolado, y la de Negumi, el protagonista de esta historia. Él supo desde el principio que poseemos algo intangible y, por tanto, indestructible, algo que alimenta el espíritu y que nada, ni siquiera el más devastador tsunami, puede arrebatarnos: nuestra capacidad para soñar. Esta novela es un homenaje a todas y todos los Negumi, a su heroica resistencia.
Carlos Polo Sandoval nos seduce con una narración intimista cuya prosa, intensa y reflexiva, consigue ponernos en el lugar de aquellos que lo perdieron todo.