Un cuarto de siglo ha transcurrido desde que el Príncipe de las Tinieblas sembró en una mujer la semilla de la descendencia. La aparición en la tierra de su hijo Luz Bell le convertirá en el máximo dirigente mundial.
¿Su finalidad? Conseguir el control y dominio absoluto del género humano.
El éxito de la apertura del tártaro, con una vía directa con la tierra por parte de los desterrados, gracias a la sincronización lograda con el Arca (como aparece descrito en El Escudo de Baal) le permitirá rodearse de infinidad de acólitos e incluso de su propio ejército.
La guarnición celestial, destinada a hacer que el reino oscuro se mantenga lacrado, en evitación de la fuga de sus moradores, no percibe el camino abierto hasta que la invasión terrena es una realidad.
Miguel, arcángel de las cohortes celestiales, máximo responsable, se traslada a la tierra como simple ser humano. Ha de revertir una situación más adversa de lo previsto. Luz Bell ha acaparado los medios de comunicación a nivel mundial, introduciendo sus tesis en la mente de los creyentes de las religiones monoteístas, con el logro de ser considerado el Mesías, por cristianos y judíos, y el Mahdi, por fieles seguidores de Mahoma.
La aparición de Baal, como único y verdadero dios en todo el orbe, da origen a una corriente sin fin de seguidores. Las diferentes religiones se quedan exhaustas de creyentes.
El inquebrantable ejército de Luz Bell, en el que militan los mejores científicos del planeta, oculta en el espacio un satélite capaz de cumplir las órdenes emanadas desde el Arca. Las poderosas armas de los países más avanzados se ven imposibilitadas ante tan potente enemigo.
La capacidad y certero destino de los rayos devastadores, desde el satélite, inmovilizan a los ejércitos y gobiernos de la tierra. A la guerra psicológica y armamentística, se unen las revueltas callejeras constantes para crear un Nuevo Orden de Vida.
El intento de demolición de la Meca, la aniquilación del Vaticano y la catedral de Toledo serán el punto de inflexión para que el arcángel Miguel, tras un fallido pacto con Luz Bell y ante la ineludible caída del ser humano bajo el yugo del Príncipe del reino oscuro, haya de utilizar sus propias armas. El combate entre ángeles caídos y celestiales es inevitable. El triunfo, de unos u otros, decidirá el destino del género humano.