Setenta y siete años, muy cerquita de los setenta y ocho, y mi vida se va desvaneciendo. Sin embargo, por aquí dejó escritas estas reflexiones que os ayudarán a pensar, para procurar que nuestra conducta sea cada vez mejor y así comprender que en este mundo solo estamos de paso, pues mañana quizás no existamos. Seamos honestos con los nuestros y, sobre todo, con nosotros mismos. Con ellas podréis ver que nada es lo que parece, que todo se desvanece como el humo.