Todos creían que era un mito, una leyenda,
una lejana historia enterrada entre las arenas del tiempo.
Todos pensaban en ella como en una reliquia de ciclos pasados, como en un cuento para llevar a dormir a los niños, como en una joya perdida que sus ojos nunca llegarían a ver. Todos se vieron ansiosos por descartar su existencia, y todos estuvieron equivocados.
Uruk-Warka es real, tan pulcra y regia como siempre, y ahora levanta el peso de sus cimientos por encima del desierto y de su sol abrasador. La mitológica ciudad renace de entre las dunas, y con ella renacen también sus ya olvidados monstruos.
Gabriel, Sonya, Bardo… Todos ellos sentirán el mal reptando desde su pirámide, y todos ellos deberán enfrentar el caos que ha escapado desde tal prisión. Ya no hay imperios que valgan en Mangkor, ni gloriosas conquistas, ni magnas ambiciones, ni conflictos en los que ahogar la sed. Todo habitante del continente habrá de plantar cara a este nuevo y oscuro rival. Sus vidas ahora dependen de ello.