La primera mitad del siglo XVI, a pesar de las muchas riquezas que llegan del Nuevo Mundo, España pasa por una situación de extrema pobreza. Se vive un momento convulso de agitación política y religiosa.
La novela arranca en el año 1538, siendo los protagonistas una familia de judíos conversos, que ante una ola de fanatismo, avivada por intereses oscuros, hace que el barrio judío que habitan sea pasto de las llamas por lo que tienen que salir huyendo para no caer en manos de la Inquisición. El destino, siempre caprichoso, logra separarlos, y Celedonio, el cabeza de familia, se ve forzado a refugiarse en la sierra con sus hijos, enfrentándose a todo tipo de dificultades. Mientras que su esposa: Raquel, sin tampoco pretenderlo, debe seguir el camino del destierro, hacia Portugal, donde tendrá que sucumbir a un sinfín de conflictos.
Las dos historias que transcurren por separado, se entrecruzan al final en el marco incomparable de Yuste. El Monasterio vive un tiempo de efervescencia y esplendor coincidiendo con la llegada del Emperador Carlos V a su Casa-Palacio, donde se refugia abatido y enfermo, después de tantas guerras.
En esta encrucijada final, el autor consigue reunir de nuevo de una manera magistral, a todas estas personas perdidas en el tiempo. Una nube de dudas, intrigas, resentimientos, nieblas y pesadillas envuelve todo este ambiente, logrando que el lector quede atrapado.
Y es que…, tras los muros del Monasterio de Yuste se cerró para siempre, una de las páginas más brillante de la historia de España.