Marco Tristán, un joven y solitario empresario de galletas, que tiene muchos problemas de salud y unos padres que nunca han figurado, se ve forzado, desde niño, a crearse un mundo imaginario para ser feliz. No tiene amigos, al menos, reales o vivos, solo un soldadito de plomo y algunos muertos que ya descansan en sus tumbas y que conocen el secreto de sus estigmas, que recibió en Asís. Él se enamoró de la muchacha que lo cuidó durante su infancia y que le contaba historias y cuentos pero ella también muere; entonces, él le construye una réplica del mausoleo del Taj Mahal, para seguir amándola; mas, un día, al abordar un taxi, para dirigirse al panteón, es secuestrado y encerrado en el sótano de una cabaña. Allí, conoce a otros dos prisioneros: Kenia Victoria, una maestra de música, residente en Alemania y a Alejandro Brunelleschi, un médico urológo. Marco logra comunicarse con Kenia de una forma muy especial y terminan, ambos, convertidos en pastores de ovejas, con el único propósito de sobrevivir al secuestro y escapar de la soledad, como entidad metafísica.