Plasencia, noviembre de 1613
Una espesa niebla cubría gran parte de la ciudad; el día había amanecido muy frío cuando me disponía a iniciar mi tarea diaria en la catedral vieja de Santa María como notario apostólico y secretario del cabildo catedralicio.
Ante mí se hallaban los documentos que había redactado hacía ahora un año y en donde describía el proceso criminal instruido contra tres colegiales por el intento de asesinato del rector del colegio de San Fabián y San Sebastián, conocido como el cole-gio del Río.
Sin embargo el hallazgo de un enigmático legajo nos haría vivir una serie de peligros, intrigas, sospechas, persecuciones, temo-res e inseguridades en nuestro afán por desvelar lo que ocultaba; pero no estábamos solos, la hermandad nos perseguía hasta el punto de poner en riesgo nuestras vidas…