¿Dan Brown? ¿Cervantes? ¿Dante Alighieri?
¿Shakespeare? No, es Miguel García Bravo y, como escritor, acostumbra a sumir a sus seguidores en la más absoluta perplejidad ante lo que parece una ficción asombrosa e imposible de realizarse, en lo que parece un mundo regido por el caos el ateísmo el marxismo y la casualidad mediocre. Con esta obra, Miguel se erige como indudable profeta apocalíptico y ser mitológico, evocando sucesos reales de su vida como la narración de los pactos maléficos de la renacentista familia Sforza justo un mes antes de la aparición del coronavirus en Milán como principal foco pandémico; la profecía cumplida de la llegada de la inteligencia anglosajona al vigente conflicto de Crimea; y una serie de sucesos mundiales, manifestándose cada vez con mayor paralelismo con el augurio de sus escritos: el triunfo del Salvini «sforzesco», la Meloni «secuela de los Medici», «las lepenes», el independentismo catalán, el trumpismo, y demás brebajes carpetovetónicos, y finalmente varios sucesos encadenados, unos terribles, otros más santos, cuando se le ocurre poner el pie en la Lombardía en un viaje sui generis que parece desatar incluso desastres naturales. Ultima esta auténtica obra maestra de épica magia y comedia, cada cual más sublimes, cuyo epíteto no es nada menos que «la invención» de una hermandad tan mesiánica como apocalíptica que culmina en el «esclarecimiento» del poder que subyuga una logia castellana ultrasecreta, la orden de Santa Elisabeth de los Reyes Católicos, sobre los ecos isabelinos del patriotismo anglosajón, y desvela asimismo su significado críptico: la parturienta pariente de María: ¿suplantará san Juan Bautista a la orden belicosa de Saint John the gospel, el secreto de los masones neoclásicos y el supremacismo wasp? ¿Bautizará él a Jesucristo? Simplemente, compren el libro…