Con esta obra, su autor quiere denunciar la violencia, la prostitución, y la esclavitud que lleva consigo tanto física como psíquicamente dicho entorno en los que son mancillados y pisoteados los derechos más fundamentales del ser humano. Bandas mafiosas dedicadas al proxenetismo sobre todo el colectivo, difíciles de detectar y que las protegen, facilitándoles domicilio y transportándolas a su lugar de trabajo en grupos; en definitiva, un estricto control sobre sus ingresos, números de clientes y tiempo empleado en sus servicios, lo que hace de ellas muy difícil su independencia y desligarse del ejercicio de la prostitución bajo múltiples coacciones y amenazas.
Solamente quiero que, como lector, piense que la prostitución y más si es forzada en sí mismo es un atentado contra los derechos humanos, y debemos de tratar de acabar con este antiguo esclavismo.