Se trata de una historia real, donde los personajes, los lugares, incluso las Miranda Raguse fechas puede que no se ajusten a la realidad.
El mensaje que se pretende transmitir o la historia que narra es, en base a sentimientos, emociones, vivencias etc., que sean de la época que sea, marcan decisiones, acertadas o no, que con el transcurso del tiempo van cogiendo sentido.
La magia de que las cosas sucedan tan solo está en un pensamiento, en enfocarse en ello, en trabajarlo y esforzarse, aun con mil piedras en el camino y con debilidades, también se puede si cada día es una oportunidad para empezar.
Cuenta también cómo la protagonista de la historia es capaz de reinventarse, dándose sus tiempos, tanto para afrontar ciertas cosas como para aceptarlas y disfrutarlas, no todo ni todos llevan el mismo procedimiento.
En esa montaña rusa, lo que a priori no parece ser la mejor decisión, se convierte en la mejor de las elecciones, eso sí, con muchas curvas de por medio, pero se encuentra el camino.
Sin duda, muchas veces la realidad no la podemos cambiar, pero sí que podemos maquillarla a nuestro antojo para llevarla de la manera más fácil y cómoda, siendo conscientes de que lo que no nos puede faltar es la paz con uno mismo.
No es un libro de autoayuda, es una historia de una chica, como la de cualquier otra, que vive intensamente, al menos, una etapa de su vida, con un largo viaje y una mochila cargada de aprendizaje en tiempo récord.