Cuando digo la mujer que Dios usa, me refiero a cada mujer en cada dominio de la vida que ha permitido a Dios usarla en cualquier capacidad. Me refiero a la mujer que ha entregado su vida a Dios y que permite que Él alcance a otros a través de ella.
Todos los días, el Dios Todopoderoso usa a las mujeres independientemente de su edad, profesión, raza, educación, estado civil y antecedentes sociales para cumplir su propósito divino. En la Biblia, vemos que Dios usó a las mujeres caídas como Rahab para ocultar y proteger los siervos de Dios de la muerte. A cambio, ella recibió protección para toda su familia a partir de entonces. Las mujeres poseídas, como María Magdalena, recibieron la liberación y ministraron a Jesús y a sus discípulos. La mujer humilde, como la niña esclava en la casa de Naamán, se convirtió en instrumento para presentar el Dios de Israel a sus amos. Ese encuentro finalmente condujo a la sanidad de la lepra de Naamán y la salvación de toda su familia. Dios usó a las mujeres reales como la Reina Ester para lograr una gran liberación para su pueblo, Israel.
Mientras reflexionas sobre las páginas de este libro, te aliento a que abras tu corazón para recibir del Señor. Permítele que te ministre y te conceda una comprensión y revelación más profundas de tu relevancia en su reino. Oro para que se amplíe tu visión, que se multiplique tu fuerza y que se inspire tu celo para caminar en la senda de tu llamado. Oro también para que este libro te inspire a asumir nuevas responsabilidades para el avance del Reino de Dios. Nuestro Señor y Maestro, quien te ha llamado, te capacitará para cumplir su propósito en el nombre de Jesucristo. ¡Amén!