Este es un libro de desnudez. La autora, a medida que avanzan los capítulos, realiza un estriptis de ropajes mentales innecesarios, lastres comunes en nuestra sociedad que nos impiden avanzar. Expone cómo, a lo largo de treinta años, ha ido liberándose de estas cargas con un método muy simple: recorrer senderos a pie en silencio, sola o en grupo. Los caminos exteriores que nos presenta resultarán conocidos al lector y, sin embargo, el verdadero camino que aquí leemos es interior: el encuentro con lo que resulta esencial en la vida, que la autora muestra sin pudor alguno.
El relato solo es un ejemplo humano y actual de una mujer que ha recorrido —y recorre— ese camino y que acompaña a otros a iniciarlo y mantenerlo. Justo por eso, por ejemplificado en su persona y en su profesión, abre una posibilidad al lector y amplía su perspectiva.
Quien anhele acercarse a lo que necesita y liberar su día a día puede encontrar inspiración en este pequeño relato lleno de vulnerabilidad humana y de sabia invitación a la acción.