Durante el siglo VI a. C. viven Pitágoras, Zoroastro, Buda, Lao Tse y Confucio, cinco personajes fundamentales que desarrollan sus ideas durante ese siglo y que posteriormente influyen en el pensamiento religioso y espiritual de Oriente y Occidente. Junto a ellos, La Tabla Esmeralda, texto breve atribuido a Hermes Trismegisto, cuyos principios son la base del Kibalión, libro de comienzos del siglo XX que explica con un lenguaje más próximo a los tiempos actuales los principios que forman y formaban parte del pensamiento hermético que a lo largo de los siglos se divulgó en secreto a los iniciados y que tuvo una importante influencia en la alquimia. La medicina medieval y las ideas de Paracelso, médico suizo que revolucionó los planteamientos clásicos de Hipócrates, Galeno y Celso, forman la espina dorsal en torno al cual gira la vida de Zaén, el protagonista de la novela, que se ve obligado a huir de Teluria por la persecución religiosa de los monjes de Némesis y cruza la frontera para refugiarse en Apical, ciudad del reino de Avadán. Allí conoce a Nitrán, que le habla de su viaje a Tamerlán, y de los extraños monjes de la Orden del Silencio. Con el propósito de buscar a esos insólitos monjes y conocer sus ideas, viaja hasta Micra, capital del reino de Pianto, donde conoce a Melkar, un maestro de la Orden del Silencio que le introduce en el pensamiento y las creencias de su extraña religión. A través de él descubre la medicina y la ciencia de aquel tiempo, y en su vida se suceden una serie de experiencias, aventuras y desventuras que jamás pudo imaginar que viviría.