El autor relata, desde 2005, año tras año, la experimentación llevada a cabo con perdices en semilibertad, con los aciertos y los errores, para constatar que las perdices crían de forma natural en pequeños parques. Afirma: que en un gran porcentaje (entre el 50 y el 60 %) también incuban los machos, en nido aparte al de la hembra.
Habla de la selección genética, del hábitat, de la manipulación de los nidos, de las jaulas para adopción de perdigones y del refuerzo de cotos; propone la instalación de parques donde criar bandos de perdices, que serían soltadas al cierre de la veda para que críen en el campo.
Aconseja la forma de construir los parques y los cuidados que necesitan, el manejo de los progenitores, la instalación de bebederos, la construcción de comederos antirratones y otros conocimientos de interés para los criadores de perdices.
Un libro sin precedentes que podría revolucionar el mundo de la perdiz.