Son los años ochenta en el sur de Madrid. El soplo fresco de una democracia incipiente inundaba todos los rincones. Un aire limpio renovaba la esperanza de la gente para construir algo nuevo entre todos. Las dificultades y problemas se convertían en esperanzas de cambio.
Esta es una novela homenaje a todas las maestras y maestros que hicieron de la escuela el corazón del barrio. Un agradecimiento a los vecinos y familias que se implicaron en esa construcción colectiva. Por eso, cada cual sabía que era importante su tarea y se sentía parte de un proyecto.
Nada fue igual en la escuela, ni en el barrio desde que un alumno, Benjamín, desapareció de un día para otro sin dejar rastro, como si su cuerpo se hubiera evaporado. La silla vacía que dejó en la clase tenía una presencia contundente.
Su ausencia será el hilo conductor de este relato.