Estoy en el mejor momento de mi vida. En plenas condiciones físicas y
mentales. Tengo 52 años. De repente, me ofrecen la prejubilación en buenas
condiciones. Es una pena, pero ¿por qué no?
Tengo 55 años. Me he quedado sin trabajo hace seis meses por un proceso
de reestructuración empresarial. Me he apuntado a las oficinas de empleo,
pero siempre termino los procesos de selección con las palabras fatídicas:
«Es usted un poco mayor para este trabajo». Sigo esperando a ver si la próxima
vez hay suerte.
He contribuido toda mi vida a la Seguridad Social para tener una pensión
digna. Ahora me dicen que el sistema de pensiones es insostenible o que
mi esfuerzo no ha sido suficiente o que no hay dinero en la hucha o frases
similares. ¿Pero cómo es posible si he contribuido fielmente durante cerca
de cincuenta años?
Los denominados mayores son sometidos a la implacable consideración
de que está prohibido envejecer. En este libro se analiza el marco social,
político y económico que fomenta la exclusión, difamación y estigmatización
de los mayores en función exclusivamente de la edad. Las personas se
convierten en seres vulnerables en función del número de cumpleaños que
celebran. Se las retira prematuramente del trabajo, se otorgan pensiones
como si fueran caramelos de regalo y no recompensas al esfuerzo de toda la
vida, se las veja impunemente…
Este libro ofrece una visión distinta del papel de los mayores en las sociedades
actuales. Al final, dos palabras resumen la posición del autor ante el
inquietante panorama: respeto y equidad.