La SONRISA ATLÁNTICA está inspirada en una vida tan valiosa y sencilla como la tuya o la mía. Los relatos están escritos como cuentos, cómo fábulas, en los que cada uno debe de encontrar su propia moraleja.
Parten de experiencias particulares, de conversaciones en la cola del mercado, de escuchar a nuestros mayores, que nunca dejan de sorprendernos, de noticias publicadas, de todo aquello que nos rompe un poco, de humanidad, de derechos y de olvidarnos un poco de nosotros mismos en beneficio de alguien cercano o de alguien que viva en el fin del mundo. La vida también nos aporta alegrías. El ser humano es una caja de sorpresas, y yo apuesto por él.
Cuando uno escribe es inevitable exponerse un poco, y eso es lo que ocurre cuando hablamos de poesía. La poesía fluye de nuestro interior, de esa zona que está juntito al alma, sí, ahí mismo, justo donde tú estás pensando. Es un hilo muy fino con el que poder expresar nuestras frustraciones, protestas, impotencias, y también nuestro amor, por supuesto.
Os invito a daros un paseo por La Sonrisa Atlántica, y cuando queráis hablamos de coincidencias.