¿Puede ser que toda la ciudad de Berlín esté en alerta buscando a una tigresa que se pasea por las calles? ¿Es posible que un hombre se convierta en asesino agobiado por la modernidad y los avances tecnológicos de la inteligencia artificial? ¿Qué significa que una reportera de fútbol enceguezca y siga transmitiendo los partidos sin poder verlos? Estas son algunas de las preguntas que nos planteamos y que conforman el hilo invisible que conecta estos relatos contemporáneos casi fantásticos.
Curioso viene de cura, cuidado. Estamos advertidos: se trata de una obra que hay que leer cuidadosamente. Quizás se nos pida que reconozcamos las situaciones, los retos y las absurdidades que se nos presentan en la cotidianeidad de nuestras vidas o que encontremos nuestro yo en más de uno. En fin, cada uno de estos cuentos despierta curiosidad y nos invita a reflexionar y a activar nuestro pensamiento crítico para aprender más sobre nosotros mismos.
La prosa de estas narraciones es directa, alejada de inútiles prolijidades, y pareciera querer expresar los eventos antes que sus circunstancias, decirlos con una fluidez que confina con la premura. Pero ¿hay otra manera de manifestar la desesperación que engendra la violencia de las máquinas, la dominación que esconde la palabra «libertad» o la vertiginosa soledad del narcisismo? Destaca el humor; acaso debiéramos decir el cínico humor con que están tejidos estos textos. No se trata, eso sí, del sentido común del humor, ese que pone de relieve lo ridículo de ciertas situaciones; el de Reizmann, en cambio, revela lo trágico y crudamente real de ellas.