La trampa de Roma desvela los secretos ocultos en las pinturas de Leonardo da Vinci y Nicolás Poussin. A través de la «llave de Poussin» —el enigma de Et in Arcadia Ego— y utilizando un tablero de ajedrez, Juan Reyes La Rosa descifra un mensaje oculto que conecta el ajedrez con conocimientos antiguos perseguidos durante la Edad Media.
A partir del mensaje codificado «El mate de Isa es el mate de Atis. I Simón ríe», el autor propone que el ajedrez no es solo un juego, sino un vehículo utilizado por los sabios de Castilla, España, para denunciar el origen oscuro de la Iglesia que los perseguía.
Este trabajo sugiere que la estructura de la Iglesia se construyó sobre cultos paganos como el de Atis, dios de la vegetación, y plantea que el ajedrez fue una herramienta para transmitir este conocimiento prohibido.
A lo largo de su obra, el autor presenta una interpretación revolucionaria de las obras renacentistas y explora la relación entre el cristianismo, el paganismo y el conocimiento oculto, invitando a los lectores a replantear la historia religiosa y sus símbolos.