La trayectoria de los pilotos españoles en el Campeonato del Mundo de 500 fue un largo y arduo camino plagado de dificultades, en el que se pasó de la absoluta imposibilidad a una alocada improvisación, hasta alcanzar la profesionalización más absoluta, que resultó clave para el éxito definitivo en la clase reina, que consiguió hace ahora veinte años Alex Crivillé.
Nada habría sido posible sin la paulatina y ordenada transformación que se produjo en el motociclismo español durante el final de la década de los noventa y los primeros años del siglo XXI, que se afianzó en los años noventa con los primeros éxitos de nuestros pilotos en 500 y culminó en 1999 con el título de Crivillé. Pero antes de llegar hasta allí hubo apasionados pioneros, pilotos entregados que, con más determinación que medios, se abrieron paso en el campeonato.
La Última Frontera es el relato histórico de esa evolución, desde aquellos primeros tiempos, casi heroicos, hasta la culminación del ansiado sueño que todos persiguieron: ganar el Campeonato del Mundo de 500.