La gente suele repetir constantemente que la vida es corta. No estoy de acuerdo.
Creo que cualquier vida que dure lo que se considera un tiempo normal da suficiente margen para hacer muchas y variadas cosas.
Puede ser diferente si las personas pasan esa vida acomodadas en un trabajo y una monotonía de «todos los días lo mismo».
No quiero decir que los que así piensan no sean incluso más felices sin casi ningún sobresalto, pero a los que tenemos otras inquietudes, les aseguro que la vida no nos parecerá jamás corta.
Puede ser muy, muy larga… y no en el sentido de pesada —que también, en algún momento—, sino en la cantidad de emociones, miedos y alegrías que en ella se viven.
De todo esto, les puedo prometer, encontrarán en este libro.