«La vida me han prestado», dijo la artista argentina Soledad Pastorutti en una de las tantas canciones que popularizó. Esa es la frase que he elegido para dar título a este libro, que cuenta varios de los hechos más importantes de mi vida.
Me reí, lloré, me ilusioné, me decepcioné, disfruté, sufrí, y viví varios momentos inolvidables que quiero compartir. No espero que se me considere un ejemplo de vida porque creo que no lo soy.
He tropezado varias veces, pero me levanté gracias a mi familia, a mis amigos y a mi fe en Dios, la Virgen y la ayuda del Cielo. Hoy sigo luchando por permanecer de pie, dar mis batallas con seguridad, fe, confianza y mucha determinación.
Eso es lo que quiero transmitir, porque sé que cada uno de ustedes es único y pasa por pruebas específicas en momentos determinados, y es posible que a veces sientan que esas cuestiones son más grandes que sus posibilidades y que están solos.
Desde ya les digo que no es así, y espero que mi historia, que es tan especial como las suyas, les sirva para recordar siempre que todos tenemos una misión, una vocación, y la tarea de servirnos y apoyarnos los unos a los otros, en las cosas pequeñas y en las grandes.
Anhelo profundamente que mis recuerdos, mis sueños, mis esperanzas y mis creencias religiosas, que son parte fundamental de la persona que soy, los fortalezcan en sus propias luchas, recordando que lo importante es no darnos por vencidos.