«Cuando nos encontramos a uno de estos “seres” en historias ajenas, nos repugna.
El marido que mata a su mujer por celos. El padre o madre que asesina a sus hijos para hacer daño a la pareja. El padrastro que abusa de su hija y la visita cada noche en su habitación. Violadores en grupo.
Asesino, monstruos, despreciable, que se pudran en la cárcel… son algunas de las opiniones que todos hemos manifestado. Todos hemos oído algo como esto en nuestro día a día. Y en todos los casos hay una víctima que, si sobrevive, tendrá secuelas el resto de su vida.
Pero… ¿qué pasa cuando ese padre, hermano, abuelo, madre son los nuestros? Entonces todo cambia. Ahora esos monstruos tienen forma y cara de persona. Tienen nombre. Y excusas. Ahora hay algo que se oye más fuerte que las anteriores opiniones: el silencio.
Pero parece ser que olvidan que, en estos casos, sigue habiendo una víctima que, si sobrevive, tendrá secuelas el resto de su vida».
La voz de los silenciados es un grito desde la calma. La desgarradora historia de Mónica, la superviviente de un horror que todavía insisten en silenciar. Un relato tan estremecedor como real, que consigue llegar al alma del lector, pero contado desde la resiliencia y la superación…
[…] «Y no sintáis compasión por mí, ni me veáis como a una víctima, pues yo nunca me he sentido así. De hecho, estoy orgullosa de ser capaz de contar esta historia. Y esta precisamente es mi victoria».