A ver, queridos, queridas, ¿quién no ha tenido un amigo o una amiga que ha sido como un hermano o una hermana? Esa persona que no es de tu sangre, pero que a veces sientes que te quiere más. Esa amiga o ese amigo que más de una vez ha hecho algo para salvaros el culo, esa persona que sigue haciendo y que sabes que hará por ti cualquier cosa. Y es que los amigos son la familia que escogemos, a la que queremos ver sí o sí, no importa cómo, cuándo ni dónde. Si te llama, acudes a cualquier hora, o viceversa. Esos que, aunque haga mucho tiempo que no os veis, en el primer beso y abrazo ya sabe y nota cómo estas, cómo te sientes y si lo que te pasa es bueno o malo. En definitiva, ese que te conoce más que si te hubiera parido. De esto va mi primer —que no último— libro, del valor de la amistad, de lo que eres capaz de hacer por esa persona, o lo que esa persona es capaz de hacer por ti. Lucía y Victoria primero, y, más adelante, Estela y Sara nos enseñan que hay muchos valores, como el respeto, la educación, la lealtad…, pero como el de la amistad, que es el que te dicta el corazón, no hay ninguno. Solo me queda añadir que espero y deseo que os guste tanto leerlo como a mí escribirlo y que no dejéis de regalarle un ejemplar a esa amiga o ese amigo que se os venga a la cabeza mientras lo leéis.