Advertencia: el alma de la autora se ha volcado en su totalidad, ha dictado las voces que sus dedos han transcrito al papel. El alma se ha tomado al pie de la letra su protagonismo, dejando de extra al cerebro en esta ocasión.
Transitando por los versos, la autora pretende que, más que un libro, sea una experiencia de emociones. Pretende simular un viaje, que el lector haga escala en los diferentes capítulos, partiendo en sus vivencias y continuar el viaje con aperitivos de poemas delicados a la par que intensos. A continuación, avanzarán con turbulencias de dramas que podrían conectarse con la próxima parada, el amor. No solo se habla del amor romántico, sino que se destacan las múltiples formas de amar. La autora tenía especial interés en el delirio, siendo esta parada obligatoria. Tropezar con el caos es inevitable en esta travesía. Por último, el final hace que el lector se libere y que termine por desabrocharse el cinturón al acabar la odisea y concluir así su viaje.