Un sabio (filósofo) dijo que «el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe»; en el caso del guineano, no queda claro por qué es como es, a partir de cuándo se ha corrompido hasta llegar a ser tal como es actualmente: amorfo, insensible, amoral, sin criterio. Fernando atina al afirmar que «lo que determina el comportamiento de un individuo son sus valores éticos y morales, y estos se adquieren en el hogar, en la escuela y en la iglesia». Analizando cada una de estas instituciones básicas y fundamentales para definir el comportamiento de la persona, que es su salvoconducto, su carta de presentación social en Guinea Ecuatorial, nos encontramos con que, en los hogares guineanos, las familias están desestructuradas, y las parejas, rotas, variopintas y sin fundamentos; muchos padres son tan irresponsables que no quieren hacerse cargo de los hijos; como consecuencia de la poligamia y la promiscuidad, tienen demasiados hijos no deseados que no pueden mantener por falta de medios; entonces, esos hijos crecen y se crían sin afecto, sin cariño, sin referentes y sin educación en valores.
Existen hogares en los que, por mucho que el hombre quiera hacer vida familiar, no puede hacerlo, simplemente porque está a cargo de dos hogares con dos esposas distintas y no da para tanto. «No se puede pilotar dos aviones al mismo tiempo». El resultado final es que cada madre hará lo que pueda, o simplemente las esposas se hacen cargo por falta de otra mejor opción, y los resultados ya los conocemos todos. No quiero decir con eso que una mujer no pueda cuidar y educar a los hijos, sino que más bien quiero explicar que es un trabajo que sale mejor cuando se hace en equipo). Lo mismo ocurre cuando un hombre cuida solo a los hijos, siempre se notan las deficiencias del instinto maternal en los hijos e hijas, hijes, hijis, hijus (es el lenguaje inclusivo, ja, ja, ja). Y el éxodo rural ha venido a rematar y acabar con las familias tradicionales. Está también el problema de la adaptación a los cambios actuales de nuestro país. No hemos sabido adaptarnos a los cambios que ha conocido nuestro país en los últimos 25 años; es otro de los problemas en nuestra sociedad.