Aníbal Latre Sorní lleva once meses sufriendo los rigores de la bestia Erkhol en la antesala de su alma. Por ella es que se le atribuyen injustamente catorce macabros asesinatos perpetrados en Barcelona durante distintas noches en la sierra de Collserola, en plena pandemia por la COVID-19.
El asesino de las cuerdas humanas, lo llaman. Sabe que no existe retorno ni espacio para él en el mundo en el que vive, desea que la muerte le asista, pero esta no llega.
En la todavía ya tardía noche del 11 de noviembre de 2020, la espesa vegetación de la sierra de Collserola lo cobija del mundo en su último día, y, junto a él, la última víctima de la bestia Erkhol, utilizando su cuerpo una vez más, acaba de utilizar un procedimiento distinto del habitual hasta ahora.
Pero el cielo nocturno de la noche fría parece abrir sus compuertas. Pareciera que desea ofrecerle a Aníbal una puerta de escape. Asistido por el firmamento puro nocturno y frío, inicia un viaje que lo sume en una estupefacción sublime, un viaje que lo llevará a atravesar los límites de lo que existe más allá del mundo del humano en la Tierra.