Este libro trata del nuevo levantamiento de los pueblos árabes que comenzó en Túnez en diciembre de 2010, alcanzó su paroxismo en Egipto en marzo de 2011 y se extendió como reguero de pólvora desde el Magreb al Oriente Próximo. Está compuesto por crónicas que relatan pormenorizadamente lo ocurrido, la mayoría de ellas redactadas al filo de los acontecimientos, y por análisis y referencias históricas que ayudan a comprenderlos e interpretarlos. El autor, periodista e historiador, utiliza también su dilatada experiencia en el mundo de las relaciones internacionales para delimitar las fuerzas actuantes en el tablero geoestratégico y establecer una nítida distinción entre los actores principales y los figurantes.
El libro comienza con un largo ensayo sobre la relación desalentadora de los árabes con la democracia y de cómo fracasaron en el siglo XX todos los intentos de modernización, liberación y progreso, hasta desembocar en el islamismo político, razón por la cual el desenlace de la explosión popular liberadora resulta harto problemático. El hilo conductor de las revueltas fue la protesta por la humillación del atraso económico y el despotismo político, pero no es previsible que éstos vayan a desaparecer como por ensalmo. El autor sostiene que las fuerzas de la reacción que resisten al cambio han huido de las candilejas, pero mantienen su poder entre bambalinas o están dedicadas a la represión sangrienta, como en Siria. Su conclusión es inevitablemente cautelosa: No es cierto que todo haya cambiado, pero sería erróneo pensar que la mudanza es un mero espejismo o una floración efímera.
Las crónicas y las calas históricas describen lo acontecido en cada uno de los países afectados por la convulsión popular, así como las fuerzas políticas y sociales que azuzaron o dirigieron la protesta. El islamismo estuvo ausente de las primeras escaramuzas, pero se subió rápidamente a los furgones de la insurrección y gravita sobre el futuro. Las causas y consecuencias de la guerra inacabada de Libia o de la renuncia a intervenir en Siria o Bahréin esclarecen los intereses, el doble rasero y el cinismo de las potencias occidentales o la inoperancia de la ONU. Una atención especial se presta al Magreb y a la situación socio-política de Argelia y Marruecos, los dos vecinos y socios de España. El libro concluye con un análisis de la muerte de Osama Bin Laden y sus eventuales secuelas en un mundo que sigue alarmado por el impulso suicida del terrorismo de inspiración islamista.